Microsoft ha ganado a la FTC, y la última desestimación del intento de bloqueo de la operación de compra ha obligado a Sony a pasar por el aro. La compañía ha aceptado firmar el acuerdo que venía rechazando desde el momento en el que empezó toda la polémica por la posible compra de Activision Blizzard porque le ha "visto las orejas al lobo".
Hoy está más claro que nunca que, salvo que ocurra alguna sorpresa (y muy grande tendría que ser), Microsoft va a comprar a Activision Blizzard. Con esta operación los de Nadella se van a llevar a una de las empresas más importantes del mundo de los videojuegos, y se harán con un catálogo de juegos impresionante. Microsoft no solo tendrá a Call of Duty, también se llevará la franquicia Diablo, World of Warcraft, Overwatch y los títulos de King, que son muy rentables en el sector smartphone.
El acuerdo que han firmado Sony y Microsoft garantiza que Call of Duty seguirá llegando a la consola de Sony durante al menos diez años. Una vez que venza ese plazo, habría que renegociar los términos del acuerdo, y dependiendo de lo que ocurra las condiciones de este podrían cambiar. Si Microsoft decide dejar de lanzar Call of Duty en PlayStation después de esos diez años no estaría yendo contra la libre competencia ni incumpliendo sus promesas, siempre que tenga motivos de peso para hacerlo, y siempre que siga lanzando esa franquicia en otras plataformas, como PC y la futura consola de Nintendo.
Microsoft se ha mostrado entusiasmado con el acuerdo, aunque todavía no han trascendido todas las condiciones y por lo que he visto en varios medios solo garantiza la llegada a PS5 de Call of Duty. Esto quiere decir que otras franquicias importantes, como la saga Diablo, podría acabar siendo exclusiva de Xbox y PC en futuras ediciones. Esto sería un problema de haber dado tanta importancia a Call of Duty, y de hacer que pareciese que esta era la única franquicia importante que estaba en juego.
