Sony se sigue oponiendo frontalmente a la posible compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft, y si esa operación llegase a completarse tiene claro que su relación con ella cambiaría completamente.
Cuando Sony desarrolla una nueva consola suele dar información importante y kits de desarrollo a las desarrolladoras más importantes, de manera que estas tengan todo lo que necesitan para poder crear sus juegos y para optimizarlos de manera que aprovechen al máximo el hardware de esa nueva consola. Conocer las especificaciones pronto también es ventajoso para los estudios de desarrollo, que pueden hacerse una idea de la potencia que tendrá esa nueva consola.
Esto no sería un problema grave para Activision Blizzard, porque la empresa podría seguir desarrollando juegos para PS6, pero la cuestión es que parece que lo que Jim Ryan quiere decir que es que hay detalles importantes sobre PS6 que nunca compartirán con Activision Blizzard si esta es comprada por Microsoft, porque no pueden permitirse que una empresa que pertenece a una compañía rival tenga conocimiento sobre ciertas claves de dicha consola. La cosa sería tan grave que ni siquiera le mandarían kits de desarrollo.
En este caso podría ocurrir que Activision Blizzard no sea capaz de aprovechar todas las funciones y capacidades de PS6, y que por tanto no pueda optimizar los juegos de la misma manera. Esto perjudicaría también a Sony, que podría ver como los Call of Duty y otros juegos rinden mejor en la consola de la competencia.
La mayoría de los entes reguladores de la competencia ven con buenos ojos la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft, pero la FTC y la CMA están en contra, así que Microsoft todavía tiene trabajo por delante si realmente quiere completar la operación de compra.
