La NVIDIA H100 es la aceleradora gráfica más potente que existe, pero no es una tarjeta gráfica, y no está pensada para trabajar como tal. Prueba de ello la tenemos en que ni siquiera cuenta con conectores de imagen, y se comercializa como un producto para el sector profesional (centros de datos e investigación científica principalmente).
Esta aceleradora gráfica utiliza la arquitectura Hopper de NVIDIA, su GPU está fabricada en el nodo de 4 nm de TSMC, tiene 14.592 shaders, 456 unidades de texturizado, 456 núcleos tensor, un bus de 5120 bits y cuenta con 80 GB de memoria HBM2E de alto ancho de banda. Su ancho de banda supera ligeramente los 2 TB/s.
No tiene núcleos para trazado de rayos porque es una aceleradora gráfica con un propósito muy concreto, y tampoco tiene apenas unidades de rasterizado. La NVIDIA H100 solo tiene 8 ROPs, mientras que una GeForce RTX 3060 ya tiene 48 ROPs, así que su potencia está tan limitada que es normal que no rinda mucho más que una GPU integrada.
Además de todos los problemas a nivel de soporte y de drivers, pero el mayor cuello de botella que sufre la NVIDIA H100 está en las unidades de rasterizado. Su rendimiento en pruebas como 3DMark Time Spy es tan bajo que rinde menos que una GPU integrada Radeon 680M, que tiene 32 unidades de rasterizado.
La NVIDIA H100 no tiene nada que ver tampoco con la serie Quadro, ahora llamada NVDIA RTX, porque estas últimas sí son tarjetas gráficas, la única particularidad que tienen es que se dirigen al sector profesional, ya que están pensadas para diseñadores, profesionales del renderizado y el modelado 3D y también para edición de fotografía y vídeo, CAD y otros. Tienen salida de imagen y drivers propios.
