Samsung decidió renovar el acuerdo de licencias que suscribió con AMD para poder utilizar sus GPUs en sus SoCs Exynos. Esto confirma que la compañía tiene previsto seguir desarrollando SoCs Exynos de gama alta, y que estos contarán con núcleos gráficos Radeon de AMD, aunque estos están totalmente personalizados para adaptarse a las limitaciones que tienen estos chips para dispositivos móviles.
AMD tiene una arquitectura muy potente y competitiva, pero el problema es que RDNA3 escala mucho con las frecuencias de trabajo, y que afinar el rendimiento por vatio para conseguir un buen resultado al adaptarla a una solución para smartphones es más difícil de lo que parece. Esa fue la razón por la que la GPU Xclipse 920, utilizada en el SoC Exynos 2200 y basada en la arquitectura RDNA2, no cumplió con las expectativas, y de hecho su integración dio muchos problemas a Samsung.
Los surcoreanos no están dispuestos a tirar la toalla. Saben que necesitan diferenciarse de Qualcomm y de otros grandes del mundo del SoC, y que utilizar GPUs Mali de ARM nos les ayudará a conseguirlo. Según fuentes oficiosas Samsung ya está trabajando para personalizar una GPU basada en la arquitectura gráfica de AMD (no se ha concretado en cuál) que sería integrada en el SoC Exynos 2500, un chip que podría ser utilizado en el Galaxy S25. Este smartphone llegará al mercado en 2025, así que todavía faltan un par de años.
Por el tiempo que falta todavía cabe la posibilidad de que esa nueva GPU esté basada en la arquitectura RDNA4. Tiene sentido porque Samsung y AMD podrían haber cerrado un acuerdo que haya dado acceso a la primera a las claves de esa nueva arquitectura, y que esté empezando a optimizar ya en secreto para llegar al lanzamiento del Galaxy S25.