Sony ha tenido un éxito enorme con PS5, una consola que supera en ventas a Xbox Series X y Xbox Series S. Ese enorme éxito tiene consecuencias para sus proveedores, y uno de ellos es AMD.
Según una nueva información, durante 2022 los pedidos de Sony de APUs para PS5 representaron un total del 16% de los ingresos de AMD, una subida frente al 14% que se registró en 2021. Estos datos indican también que el mercado de soluciones semipersonalizadas de AMD vivió un crecimiento importante en 2022, pero parece que las previsiones para 2023 son a la baja.
PS5 utiliza una APU semipersonalizada, porque aunque tiene una configuración que no existe en PC utiliza arquitecturas que sí están disponibles en otros componentes de ordenador. Es una de las APUs más potentes que existen, porque solo queda por detrás de la APU de Xbox Series X, que tiene un rendimiento superior en CPU y GPU.
AMD tiene razones para estar contenta, y no solo por el éxito de estas APUs, sino también porque prácticamente tiene asegurada su continuidad como proveedora de las APUs que utilizarán las consolas de próxima generación. Las sucesoras de Xbox Series S-X y de PS5 deberían repetir y utilizar un chip de AMD, sobre todo por un tema de retrocompatibilidad, y también por reducción de costes (es más barato una APU que montar una CPU y una GPU separadas).
Por esa misma regla Nintendo también debería repetir con NVIDIA para el SoC de su próxima consola, la sucesora de Nintendo Switch, aunque viendo lo bien que funciona la Steam Deck con un chip de AMD es imposible descartar un cambio de aires por parte de la gran N.