El Ryzen 9 7950X3D tiene una configuración de dos unidades CCD con ocho núcleos cada una, y la primera es la que tiene apilado un total de 64 MB de caché L3 adicionales. Se mantiene también el chip I/O, que es donde va integrada una GPU RDNA2 con 128 shaders, una solución muy discreta pero funcional.
En una nueva prueba de rendimiento las miradas no se han puesto sobre el Ryzen 9 7950X3D, sino sobre la GPU integrada que tiene este procesador, y los resultados han sido sorprendentes, porque esta consigue multiplicar por tres el rendimiento de la GPU presente en el Ryzen 9 7950X. La diferencia es tan grande que juegos que antes eran imposibles de jugar ahora se mueven a tasas de más de 30 FPS.
En Total War: Three Kingdoms la iGPU del Ryzen 9 7950X no pasaba de 9 FPS en 720p con calidad media, y la iGPU del Ryzen 9 7950X3D consigue 34 FPS. En F1 22 la diferencia es todavía mayor, tanto que la iGPU del Ryzen 9 7950X3D consigue 62 FPS en 720p con calidad muy baja, y 33 FPS en 1080p con ese mismo nivel de calidad.
Bioshock Infinite también rinde mucho mejor con la iGPU del Ryzen 9 7950X3D, es jugable en 720p con calidad ultra (45 FPS) y se queda a las puertas en 1080p, ya que consigue una media de 22 FPS.
Esa enorme diferencia de rendimiento entre ambas GPUs integradas se debe al impacto de la caché 3D. Esos 64 MB extra de L3 permiten a la GPU integrada del Ryzen 9 7950X3D superar hasta en cuatro veces el rendimiento de la GPU integrada del Ryzen 9 7950X.
