Microsoft acaba de invertir 10.000 millones de dólares en OpenAI para integrar la tecnología de IA de esta compañía en el buscador Bing y en el navegador Edge para integrar la tecnología de ChatGPT e incluso mejorarla.
Pero Google no parece que quiera quedarse atrás. Su propuesta es Bard, un servicio conversacional experimental basado en IA, que se integrará en las búsquedas de Google. Primero llegará en beta a algunos usuarios para, después, llegar a todos los usuarios.

Con Bard, en vez de teclear las palabras que queremos buscar, podremos formular preguntas en lenguaje natural y obtener una respuesta fácil de leer.
La veracidad de las respuestas es otro tema. Por ejemplo, se apunta a que la respuesta del vídeo de demo está equivocada, siendo el Hubble el primer telescopio que tomó una foto de un planeta fuera del Sistema Solar, y no el James Webb.
Bard está construido sobre LaMDA, una versión "reducida" más bien, para que los cálculos necesarios para responder permitan el acceso de millones de usuarios. Primero Google usará su tecnología en sus propios productos, pero después lo abrirá a empresas de terceros.
Bard, a diferencia de ChatGPT, usa datos recientes sin que haya una fecha de "corte" para los resultados de las búsquedas o las respuestas a las preguntas. Habrá que ver si los resultados están a la altura de lo que se espera de la IA.