El Intel Core i5-13500 es uno de los procesadores más interesantes dentro del mercado de menos de 300 euros. Su configuración es la misma que la de un Intel Core i5-13600K, tiene 6 núcleos Raptor Cove, 8 núcleos Gracemont, puede trabajar con 20 hilos y dispone de 24 MB de caché L3. Las únicas diferentes que tiene frente al Intel Core i5-13600K es que funciona a menor frecuencia y no soporta overclock.
Este procesador compite directamente por precio con el Ryzen 5 7600 de AMD, que tiene 6 núcleos y 12 hilos a 3,8 GHz-5,1 GHz, utiliza la arquitectura Zen 4 y tiene 32 MB de caché L3. Este chip sí soporta overclock, y cuesta prácticamente lo mismo que la opción de Intel, entre 280 y 290 euros.
En aplicaciones sintéticas el Intel Core i5-13500 ofrece un rendimiento superior, como cabía esperar. En monohilo los dos rinden casi al mismo nivel, pero el chip de Intel gana en multinúcleo gracias a su mayor cantidad de núcleos e hilos.
El rendimiento en juegos es distinto. El Ryzen 5 7600 gana con una media de 270 FS en 1080p utilizando una GeForce RTX 4090, mientras que el Intel Core i5-13500 obtiene 258 FPS. Ambos procesadores utilizaron memoria DDR5 a 6 GHz para evitar discrepancias. Si utilizamos el Intel Core i5-13500 con memoria DDR4 a 3.200 MHz el rendimiento baja a 248 FPS de media.
El Ryzen 5 7600 rinde mejor en juegos, y el Intel Core i5-13500 rinde mejor en aplicaciones profesionales y en aquellas que aprovechan un mayor número de núcleos.