La suscripción barata de Netflix que incluye anuncios para permitir esa rebaja del precio no está teniendo el éxito esperado. Esta modalidad permite acceder a buena parte del catálogo de la plataforma por solo 5,49 euros, pero las limitaciones que tiene a la hora de descargar contenidos para verlos offline, y que algunos contenidos exclusivos no están disponibles bajo esta suscripción, han hecho que los consumidores no se sientan atraídos por ella.
Un informe dice que Netflix ha tenido que ofrecer un acuerdo a los anunciantes que dice que solo cobrará por los anuncios que se muestren a sus clientes, lo que significa que aquellos anuncios que no se visualicen no generarán ingresos a la compañía. Este acuerdo es muy distinto, y más duro, de los que aceptan las cadenas de televisión y las radios, ya que en estos los anunciantes gastan una cantidad fija y el dinero no amortizado se invierte en futuros anuncios en vez de volver a manos de las empresas.
Uno de los ejecutivos de las agencias que han pagado por tener publicidad en Netflix han dicho que están siendo incapaces de cumplir, y que no pueden servir un alto número de anuncios, por lo que están teniendo que devolver dinero a las agencias. La situación es tan complicada que algunas agencias han preferido dejarle a Netflix el dinero para sufragar futuras campañas en vez de recuperarlo directamente.
Esto es un indicador claro de que el plan de Netflix está teniendo una acogida muy lenta, y que ha generado un interés muy flojo. Puede que con el paso del tiempo acabe despegando, o que la compañía fuerce un aumento del interés sobre dicho plan subiendo el precio de los otros planes, pero de momento no está funcionando como le gustaría.
