El modo ECO puede reducir mucho el consumo y las temperaturas de trabajo de los Ryzen 7000, y permite que un procesador como el Ryzen 5 7600X, que sería imposible mantener con un sistema de disipación básico, pueda funcionar bien, ¿pero cómo afecta esto a un procesador más potente?
NJ Tech ha publicado una interesante comparativa que pone a prueba el Ryzen 9 7900X con diferentes configuraciones de TDP: la estándar, el modo ECO y otra con PBO personalizado. La diferencia entre las frecuencias de stock y el modo PBO son muy pequeñas, pero al activar el modo ECO la puntuación en Cinebench R23 se reduce en unos 4.000 puntos. También mejoran mucho las temperaturas de trabajo y el consumo, que bajan de 191 vatios y 95 grados a 90 vatios y 61 grados.
En juegos, la diferencia de rendimiento que existe entre esos tres modos es prácticamente nula, aunque es bastante llamativo ver que en algunos juegos el rendimiento del Ryzen 9 7900X con el modo ECO es mayor que cuando trabaja con valores de stock. Mirando las puntuaciones medias se puede sacar en claro que el modo ECO compensa si no vamos a utilizar aplicaciones que hagan uso de todos los núcleos e hilos del procesador.
De media, el Ryzen 9 7900X consigue 281 FPS y 180 FPS de mínimo con una GeForce RTX 3080 en 1080p utilizando el modo ECO, mientras que el mismo procesador trabajando con valores de stock consigue 283 FPS de media y 181 FPS de mínimo. Utilizando una GeForce RTX 3060 no hay diferencia entre los tres modos porque pueden exprimir al máximo dicha tarjeta gráfica.