Halo Infinite fue un desarrollo complicado, y su presentación resultó accidentada. Los primeros vídeos del juego que mostró 343 Industries no gustaron a los fans de la franquicia, y al final el estudio tuvo que volver a trabajar en él para pulir numerosos aspectos que al final no terminaron de quedar totalmente subsanados.
Halo Infinite no es un mal juego, pero el motor gráfico y la optimización del mismo siguen dando problemas en PC, donde es fácil encontrar bajas tasas de FPS unidas a una utilización de la GPU reducida, lo que refleja un cuello de botella claro que deriva de la propia concepción del juego. Lo he comprobado con una RTX 3090.
El motor Slipspace Engine que utilizaba 343 Industries parece que no sobrevivirá a los patinazos que ha sufrido Halo Infinite, y que las próximas entregas de la franquicia serán desarrolladas bajo el Unreal Engine 5. Dichos juegos solo llegarán a Xbox Series X y Series S, es decir, Halo dará el salto a la nueva generación en la entrega posterior a Infinite.
Aunque todavía no hay un comunicado oficial esta información está prácticamente confirmada, sobre todo tras la salida de 343 Industries del ingeniero jefe detrás del Slipspace Engine. Se abre una nueva etapa en la franquicia y también en dicho estudio, que a partir de ahora empezará a utilizar un motor gráfico "genérico" y multiplataforma que está totalmente adaptado a la nueva generación, y optimizado para funcionar sin problemas con Xbox Series X y Series S, y también con las últimas tecnologías del sector.
Este salto debería ser positivo, ya que el Unreal Engine 5 es un motor gráfico de última generación, aunque algo me dice que lo que lastró realmente a Halo Infinite no fue tanto el motor gráfico, sino el hecho de que fue desarrollado como un título de transición intergeneracional.