Todavía no hemos terminado de superar del todo la pandemia de la COVID-19, pero es verdad que la situación ha mejorado mucho y que ya se ha producido una "liberación" casi total en muchos países del mundo. Esta vuelta casi total a la normalidad está teniendo un impacto importante en la manera en la que trabajamos, que nos ha llevado del teletrabajo a la modalidad híbrida o presencial, y también al consumo de tecnología.
Cuando la pandemia se encontraba en su punto álgido, la demanda de componentes, equipos, portátiles y periféricos fue enorme. El teletrabajo, y la necesidad de dar respuesta a sus exigencias, fueron muy beneficiosos para los grandes del sector tecnológico. Sus ventas se dispararon, muchos productos se agotaron, y se produjo un momento dorado, aunque era evidente que no podía durar para siempre.
La vuelta a la normalidad ha teniendo un gran impacto, pero no ha sido la única cosa que ha influido en las ventas de numerosos componentes tecnológicos. El hundimiento de las criptodivisas también ha tenido efectos muy negativos, y no solo en la demanda de tarjetas gráficas, también ha afectado a otros componentes.
Las previsiones que arroja DigiTimes en múltiples sectores se mantienen a la baja, y ni siquiera el mercado de placas base se librará de una caída, ya que en su último informe dicha fuente espera que se produzca una caída en las ventas de placas base de entre un 20% y un 30%, siempre comparando con los resultados de 2021, que fueron muy buenos. Debido a esas malas previsiones los grandes del sector habrían reducido sus previsiones para todo lo que queda de 2022. Por ejemplo, ASUS habría reducido sus previsiones de 18 millones de placas base a 14 millones de unidades. Parece que 2022 va a ser un año de caída general para el mundo del PC a nivel global.
