Valve alertó recientemente de que utilizar un SSD distinto al que viene con la Steam Deck puede acortar su vida útil, pero no ha avisado de que ha introducido cambios en la unidad de almacenamiento de los nuevos modelos que vienen con SSDs de 256 GB y 512 GB, y que afectan negativamente al rendimiento de dichas unidades.
Las Steam Deck venía configurada, en sus versiones de 256 GB y 512 GB, con un SSD PCIe Gen3 x4, y ahora algunas unidades están llegando al mercado con una unidad PCIe Gen3 x2, lo que significa que tienen un menor ancho de banda, y que por tanto el rendimiento es inferior.
Valve asegura que no ha notado un impacto en el rendimiento en juegos al utilizar un SSD PCIe Gen3 x4 y uno x2, y es normal porque este tipo de unidades todavía no se aprovechan de verdad en juegos, pero no ha dicho nada sobre el impacto de ese cambio de unidad en los tiempos de carga y en la respuesta general del sistema.
Las críticas no han tardado en llegar. Algunos dicen que Valve ha hecho esto para reducir costes, y que es un movimiento perjudicial para el usuario. Es verdad que vender una consola con un SSD más lento al mismo precio que tendría otra con un SSD más rápido no es bueno para el consumidor, y solo tiene sentido desde ese punto de vista, es decir, bajo la idea de que estos dejan un mayor margen de ganancia a Valve.
Un SSD PCIe Gen3 x2 ofrece un ancho de banda máximo de 1.970 MB/s, mientras que un SSD PCIe Gen3 x4 alcanza un pico de hasta 3.940 MB/s. Esos máximos son teóricos, y parten del valor del estándar PCIe Gen3 por línea, que es de 985 MB/s.
