La empresa china Zhaoxin ha lanzado la Glenfly Arise GT10C0, una tarjeta gráfica de gama baja que tiene el diseño característico de las soluciones gráficas de bajo coste que normalmente sirven para poco más que ofimática y para reproducir contenidos multimedia no muy pesados.
Esta tarjeta gráfica debería tener un consumo energético muy bajo, ya que no tiene conectores de alimentación adicionales, y generaría muy poco calor, ya que tiene un sistema de refrigeración muy pequeño. La configuración que ha utilizado la compañía china en la Zhaoxin Glenfly Arise GT10C0 es un misterio, ya que no han trascendido detalles sobre su GPU. Solo se sabe que tiene un bus de 64 bits y 2 GB de memoria gráfica de tipo desconocido.
Funciona con Windows 10, ya que dicho sistema operativo la reconoce como "Zhaoxin VGA BIOS", pero los que la han probado confirman que la mayoría de los vídeos que intentaron reproducir no se podían descodificar, y que por eso no funcionaban. Windows 10 arranca y permite llegar al escritorio, pero una vez ahí la Zhaoxin Glenfly Arise GT10C0 no funciona para casi nada.
Pronto se realizarán más pruebas con el sistema operativo Tongxin/Galaxy Kylin para ver de qué es capaz esta tarjeta gráfica, pero las expectativas están muy bajas, sobre todo porque no tiene unos drivers propios disponibles. En rendimiento, este modelo parece casi idéntico a una Zhaoxin Glenfly Arise 1020 que probó en su momento Tom´s Hardware, y dicha tarjeta gráfica era 65 veces más lenta que la GTX 1650 en Geekbench OpenCL.
China está dando sus primeros pasos en el mundo de las tarjetas gráficas dedicadas, y todavía tiene un largo camino por delante si quiere diseñar un producto que pueda competir de verdad con los grandes del sector.
