Los centros de datos se han convertido en una pieza fundamental de los fabricantes de procesadores. Con el auge del HPC (High Performance Computing) o la IA, la necesidad de más rendimiento, tanto de CPU como de GPU, ha beneficiado a compañías como Intel, AMD o NVIDIA, que han invertido ingentes cantidades de recursos en desarrollar mejores soluciones tecnológicas.
De todos modos, no se trata únicamente de que el rendimiento sea mayor: AMD, sin ir más lejos, tiene en la eficiencia un parámetro tan importantes como el del rendimiento. De hecho, mantiene su propósito de mejorar la eficiencia de los centros de datos 30 veces, tomando como referencia la eficiencia de las tecnologías del año 2020.
De momento, AMD ha conseguido mejorar la eficiencia 7 veces gracias a las tecnologías de los procesadores AMD EPYC y las GPUs AMD Instinct con la arquitectura CDNA (no confundir con la RDNA de las GPUs para gaming). De todos modos, su objetivo más ambicioso es el llamado 30x25. Es decir, 30 veces más eficiencia en 2025.
La clave consiste en mejorar el rendimiento, pero sin que el consumo aumente proporcionalmente, sino fraccionadamente. El equipo que se usa para comparar está basado en un procesador AMD EPYC 7742 de 64 cores y 128 hilos con velocidades de 2,25 GHz a 3,4 GHz y TDP de 225W. Las GPUs son cuatro AMD Instinct MI50 con GCN de quinta generación y 3.840 procesadores stream a velocidades de entre 1.450 MHz y 1.725 MHz y consumo de unos 300W. El rendimiento es de 5.26 TFLOPs por cada MI50 en cálculos sobre una matriz DGEMM 4K y de 21,6 TFLOPs en FP16.
Habrá que ver si AMD consigue este ambicioso objetivo. Por lo pronto, esta filosofía alrededor de la eficiencia también se observa en las soluciones para consumo en procesadores Ryzen y GPUs AMD RDNA.
