Tras algunos movimientos mediáticos en plan "tira y afloja", Elon Musk ha conseguido hacerse con Twitter y sacar a la empresa de la bolsa. Parecía que Twitter iba a declinar amablemente la oferta de Elon Musk, pero finalmente el magnate se ha salido con la suya.
El valor total de la transacción es de unos 44.000 millones de dólares, convirtiéndose en una de las mayores operaciones (si no la mayor) realizadas en el sector de las redes sociales. El proceso podría tardar meses en completarse: como es habitual, es necesario que las entidades reguladoras den el OK a la compra.
Si se valida la compra, Twitter se convertirá en una empresa privada y no habrá más cotización en bolsa. Es lo que quiere Elon Musk en última instancia, claro está: tener el control total sobre esta plataforma, para promover la libertad de expresión en un contexto de democracia plena, como expresa Elon Musk. Así dicho, suena muy bien, pero habrá que ver hasta qué punto eso es realizable una vez Twitter sea, finalmente, propiedad de Elon Musk.
Su intención es llevar los algoritmos que controlan el posicionamiento o el descubrimiento de los tuits al código abierto, además de eliminar los bots de spam y conseguir que todos los usuarios de Twitter sean humanos.
Habrá que ver cómo se ejecuta este plan. Por lo pronto, Elon Musk está detrás de compañías como Tesla o SpaceX, que a su vez está detrás de StarLink y ahora de Twitter.
