Empezó como algo limitado a soluciones industriales, pero al final se ha extendido a los productos de consumo general. Intel y AMD han decidido dejar de suministrar procesadores a Rusia y Bielorrusia, y lo han hecho de forma total y absoluta, lo que quiere decir que no enviarán procesadores de ningún tipo, incluyendo los de consumo general.
Intel ha condenado abiertamente la invasión de Ucrania, y ha confirmado que ha recaudado 1,2 millones de dólares en donaciones a través de sus empleados que utilizarán para ayudar a la gente de Ucrania. AMD también ha condenado la ocupación, y ha decidido participar en las sanciones impuestas a Rusia.
El impacto que tendrá la suspensión del suministro de procesadores de ambos fabricantes podría ser menor de lo esperado, y no tendría un impacto grave en las cuentas de AMD e Intel, pero puede que tampoco tenga consecuencias en el mercado ruso a corto plazo, sobre todo si tienen un buen stock acumulado.
A pesar de todo, al final estas medidas suman y cuentan, y es que no están solas, hay que ponerlas en relación con otras medidas y sanciones que vendrán de la mano de grandes del sector. Una de las más importantes será el bloqueo de TSMC, que también seguirá con las sanciones que se han impuesto a Rusia a nivel internacional, y que impedirá a dicho país acceder a semiconductores.
Algunos se han tomado las sanciones a broma, pero parece que no son conscientes de que unas sanciones bien aplicaciadas, y con una extensión extrema, puede impedir a un país acceder a tecnologías básicas, y hacerle retroceder varias décadas. Conforme pase el tiempo, el impacto de esas sanciones será cada vez mayor, solo hay que ver lo que le ha pasado a Huawei, y eso que las sanciones que recibió no fueron ni la mitad de graves que las de Rusia.
