Los Galaxy Z Fold 3 y Z Flip 3 han sido todo un éxito para Samsung, incluso a pesar de su alto precio, y de que vienen sin accesorios importantes para su correcto funcionamiento.
Según la compañía surcoreana, ambos terminales han sido todo un éxito en ventas. El Galaxy Z Fold 3 tiene un precio de 1.809 euros, y el Galaxy Z Flip 3 cuesta 1.059 euros, cifras que no todo el mundo puede pagar, pero que desde luego han resultado "asumibles" a un buen número de usuarios, ya que según Samsung ambos han superado, en ventas combinadas durante un mes, a todas las ventas registradas por sus smartphones flexibles en todo 2020.
Que las ventas registradas en un mes superen a las de todo un año es un indicativo claro de que los smartphones flexibles están entrando en "su momento", y que el interés hacia estos dispositivos irá cada vez a más, hasta que alcance un pico en el que podrían empezar a superar en ventas a los smartphones tradicionales. Esto debería ocurrido dentro de unos años, y puede que, para entonces, Apple ya tenga en el mercado su iPhone flexible, un terminal que lleva tiempo siendo objeto de numerosos rumores.
Los expertos coinciden en que el verdadero despunte de los smartphones flexibles se producirá cuando estos tengan un precio realmente asequible, cuando puedan ser accesibles por las masas. Para ello, no basta con que bajen de los 1.000 euros, más bien deberían posicionar en los 500 euros, un nivel que sigue siendo considerado como gama alta, pero que estaría alcance de muchísimos usuarios.
Para que el precio de un smartphone flexible pueda bajar tanto, es necesario que los costes se reduzcan, y para ello hace falta que mejoren los procesos productivos. El tiempo va a ser clave en este sentido, y poco a poco iremos viendo smartphones flexibles cada vez más asequibles.