El Intel Core i7-7700K fue el último procesador tope de gama de Intel que contó con una configuración de cuatro núcleos y ocho hilos. En aquel momento, AMD empezó a meter presión con los Ryzen, configurados con 8 núcleos y 16 hilos, y en Intel no tuvieron más remedio que lanzar CPUs de consumo general con una cantidad creciente de núcleos e hilos.
Su sucesor, el Core i7-8700K, contaba con 6 núcleos y 12 hilos, y el Core i9-9900K dio el salto a los 8 núcleos y 16 hilos, un enfoque que se ha mantenido hasta la última generación de Intel.
Para valorar si realmente merece la pena pasar de un Core i7-7700K a un Core i7-11700K, NJ Tech ha publicado una interesante comparativa en vídeo donde enfrenta a ambos procesadores tanto en pruebas sintéticas como en juegos, y el resultado es muy revelador.
El Core i7-7700K tiene 4 núcleos y 8 hilos, mientras que el Core i7-11700K suma 8 núcleos y 16 hilos, y utiliza una arquitectura superior (Cypress Cove), así que debería marcar una diferencia importante en rendimiento frente a aquel.
Los resultados son claros. En pruebas sintéticas, el Core i7-11700K rinde mucho más que el Core i7-7700K, tanto en monohilo como en multihilo, pero en juegos esa diferencia también es bastante marcada, pero no llega a ser tan grande salvo en alguna excepción interesante, como la beta de Battlefield 2042, donde podemos ver que el Core i7-11700K arrolla al Core i7-7700K. Este podría ser el primer juego que deje obsoletos los procesadores de cuatro núcleos y ocho hilos, algo que en el fondo es difícil de entender porque se trata de un desarrollo intergeneracional.
De media, la diferencia entre estos dos procesadores es lo bastante grande como para justificar una actualización, aunque de momento esta no sería estrictamente necesaria, ya que el Core i7-7700K sigue aguantando bien en la mayoría de los juegos actuales.