Hardware Unboxed ha publicado una nueva comparativa en la que ponen a prueba el rendimiento de configuraciones CPU de 4, 6, 8 y 10 núcleos con diferentes cantidades de caché, manteniendo activo el HyperThreading para sumar hasta 20 hilos. Esta comparativa quiere medir el impacto que puede tener la caché cuando se utilizan procesadores con un mismo IPC, pero diferentes configuraciones de núcleos.
En Rainbow Six Siege, el impacto de la caché es grande, tanto que el Core i9-10900K llega a sacar un buen trecho al Core i3-10105F. El primero tiene 20 MB de caché L3, mientas que el segundo solo tiene 6 MB de caché L3. Sin embargo, en otros juegos la diferencia es mínima, y de hecho no hay ni siquiera un salto importante de rendimiento en lo que a núcleos e hilos se refiere.
Battlefield V es más sensible a la caché, pero también a los núcleos e hilos del procesador. Curiosamente, un Core i9-10900K limitado a 4 núcleos y 8 hilos rinde casi igual que un Core i5-10600K con 6 núcleos y 12 hilos, gracias a su mayor cantidad de caché L3. Es uno de los resultados más interesantes de la comparativa.
La caché L3 afecta al rendimiento en juegos, de eso no hay ya ninguna duda, y su impacto puede ser tan grande que, en algunos casos, un procesador con menos núcleos y más caché puede superar a otro con más núcleos y menos caché. Esta comparativa lo demuestra, y en más de una ocasión. Battlefield V es uno de los ejemplos más claros, pero Shadow of the Tomb Raider es otro de ellos, aunque este es más sensible a la cantidad de núcleos e hilos cuando nos movemos en 4 y 8, respectivamente.