Sony ya permite, tras una actualización en fase beta, añadir una unidad SSD a la consola PS5, siempre que dicha unidad de almacenamiento cumpla algunos requisitos concretos, tanto a nivel de formato como de rendimiento, capacidad y refrigeración.
Para que no tengamos problemas de rendimiento, y para que los juegos exclusivos de PS5 que aprovechan al máximo la velocidad de la unidad que trae por defecto funcionen correctamente, Sony recomienda montar una unidad PCIE Gen4 x4 que tenga, al menos, una velocidad de lectura secuencial de 5,5 GB/s. No es difícil encontrar unidades de almacenamiento que cumplan con ese requisito, pero todavía tienen un precio considerablemente alto.
Mark Cerny, el ingeniero jefe responsable del desarrollo de PS5, ha aprovechado el interés que ha generado este tema para compartir en redes sociales la unidad de almacenamiento SSD que ha elegido para su consola PS5, y esto ha generado algo de polémica, no tanto por la promoción de una marca en concreto, sino porque representa una inversión innecesaria.
Resulta chocante que Mark Cerny creyera que era suficiente montar una GPU con 2.304 shaders en PS5, pero que decida comprar, como añadido para su consola, un SSD Western Digital de alto rendimiento funcionando a 7 GB/s. Este tipo de unidad tiene un precio de 162,87 euros en su versión de 500 GB, y se dispara hasta los 252,60 euros en su versión de 1 TB. Son precios muy altos, sobre todo teniendo en cuenta que PS5 cuesta 399,99 euros en su versión sin unidad óptica, y 499,99 euros en la versión con unidad óptica.
Comprar una unidad SSD que trabaja a 7 GB/s en PS5 tampoco representa una inversión que merezca la pena porque, supuestamente, los juegos se van a optimizar para aprovechar la unidad que trae la consola por defecto, y esta funciona a 5,5 GB/s. Mark Cerny ha promovido una inversión que, desde luego, no parece rentable.