Una nueva información publicada en Bloomberg asegura que el Apple Watch de próxima generación, concretamente el modelo que llegará en 2022, estará equipado con un sensor de temperatura corporal que permitirá realizar mediciones precisas y fiables para determinar si el usuario tiene fiebre, o si la temperatura de su cuerpo es anormalmente baja.
Ese modelo será el Apple Watch de octava generación, es decir, no debemos confundirlo con el de séptima generación, ya que el primero llegará en 2022 y este último en 2021. La compañía de la manzana siempre ha enfocado el Apple Watch como un dispositivo pensado en el mundo del deporte y la actividad física, pero también se ha utilizado para crear un ecosistema centrado en el cuidado de la salud y en el seguimiento de numerosas claves para el bienestar de cada persona.
En ese sentido, uno de los avances más importantes que introdujo Apple fue el detector de caídas, aunque la función que más interés generó fue el electrocardiograma. La compañía que dirige Tim Cook ha sabido ver el éxito que han tenido esas funciones, y por ello sigue trabajando para ampliar las características dentro del mundo de la salud de sus futuros relojes inteligentes.
Apple también espera incorporar un medidor de glucosa que sería revolucionario para los que sufren diabetes, ya que este funcionaría sin necesidad de obtener una muestra de sangre. Sería el adiós a las agujas, y a los pinchazos, aunque parece que se trata de algo tan complejo de incorporar que podría tardar varios años en hacerse realidad.
Se rumorea que el Apple Watch de 2022 vendrá acompañado de un Apple Watch SE renovado, y que también veremos un nuevo modelo reforzado que estará pensado para los amantes del deporte. Este último podría formar parte de algún tipo de acuerdo con las principales marcas deportivas del mundo, como Nike.
