La escasez que vive el sector de las tarjetas gráficas ha llevado a muchos ensambladores a relanzar versiones de generaciones anteriores, un movimiento que representa un esfuerzo por dar una mayor cobertura al mercado, por ofrecer productos más al alcance de todos los usuarios, y por mejorar un poco la situación, pero la verdad es que al final solo es posible encontrar tarjetas gráficas a un precio accesible en la gama baja, y esta no es capaz de cubrir las necesidades de los aficionados al gaming.
El relanzamiento de la MSI GeForce GT 730 es un claro ejemplo de lo convulso que se encuentra todavía el sector de las tarjetas gráficas. Esta tarjeta gráfica tiene varias versiones, y la que ha lanzado MSI está basada en la arquitectura Kepler, utilizada en las GTX 600 y 700. Tiene 384 shaders, 32 TMUs, 8 ROPs, un bus de 64 bits y cuenta con 2 GB de memoria GDDR3. La versión con 1 GB de GDDR5 es mucho más interesante por su mayor ancho de banda, así que esta versión no llega a ser la más apetecible de todas las posibles.
MSI ha utilizado un pequeño sistema de refrigeración pasiva, lo que hace que este modelo de la GeForce GT 730 tenga un tamaño muy pequeño, y que encaje sin problemas incluso en los equipos más pequeños y compactos. Su GPU alcanza los 902 MHz, y viene con salidas DVI, VGA y HDMI. SU TDP es de 23 vatios.
El precio no ha trascendido, pero esta tarjeta gráfica pronto quedará sin soporte, como toda la línea basada en Kepler, algo que se confirmó recientemente por la propia NVIDIA. El final del soporte tendrá lugar con el lanzamiento de los drivers R470, previsto para finales de este año, para principios del próximo.
El rendimiento de esta tarjeta gráfica es muy pobre, pero es suficiente para juegos poco exigentes, como League of Legends, y también para títulos de la generación de Xbox 360 y PS3.
