La escasez de chips ha afectado a muchos mercados. El de las tarjetas gráficas ha sido uno de los más perjudicados, sobre todo porque a la escasez de chips se ha sumado una elevada demanda y una fuerte especulación que ha generado una fuerte reventa a precios increíbles.
Otros mercados "menos populares" que se han visto afectados por la escasez de chips han sido el del automóvil, debido a la transición hacia el coche inteligente y conectado, y también por la creciente integración de sistemas de infoentretenimiento, e incluso el de los televisores, debido a los chips dedicados al control de pantalla.
El precio de las tarjetas gráficas ha llegado a triplicarse debido a esta situación, pero no ha sido el único producto que se ha encarecido mucho. Un nuevo informe ha confirmado que el precio de los televisores ha subido alrededor de un 30%, y los pronósticos que arroja no son buenos, ya que indica que su coste podría subir todavía más durante los próximos meses si la situación no mejora.
Ese aumento del 30% en el precio de los televisores se compara con el que tenían en los primeros meses de 2020, así que se puede decir que se ha producido un encarecimiento del 30% sobre una base de tipo "año sobre año".
La pandemia de la COVID-19 ha sido otra de las grandes culpables. Al pasar más tiempo en casa, el consumo de horas de pantalla ha crecido, y esto ha aumentado la demanda de muchos dispositivos electrónicos, televisores incluidos, lo que ha acabado afectando al precio de casi todos los modelos, incluyendo los más antiguos.
En este caso no se aprecian síntomas de especulación ni de reventa, sino que parece que estamos ante un simple ajuste del mercado, ante una corrección derivada del juego natural de la oferta y la demanda, así como de los crecientes costes de producción, que se están repercutiendo de forma directa sobre el consumidor para que las compañías puedan mantener un alto nivel de ingresos.
Es muy probable que los precios sigan subiendo durante todo 2021, y que no se estabilicen hasta 2022.
