Intel también se verá afectada por la escasez que está sufriendo la cadena de suministros dentro de la industria tecnológica, aunque parece que el impacto será menor comparado con lo que han tenido que afrontar otras empresas.
Intel aumentó su capacidad de producción en un 100% durante los últimos tres años. La compañía diseña y fabrica sus propios procesadores en el nodo de 14 nm, de forma mayoritaria, y emplea el nodo de 10 nm en algunos modelos específicos. Esto ha hecho que Intel no se haya visto afectada por la escasez de chips, cosa que sí le ha ocurrido a otras empresas como AMD, que depende de TSMC.
A pesar del aumento de producción que ha llevado a cabo Intel, sus ingresos solo crecieron un 13,5%, lo que demuestra que la compañía no se encuentra precisamente en su mejor momento. Por otra parte, que Intel fabrique sus propios semiconductores no quiere decir que sea inmune a la escasez de materiales que afecta a la cadena de suministros. De hecho, la compañía empezará a notarlo durante todo lo que queda de 2021.
Se espera que, debido a la escasez de sustratos y de materiales clave para el encapsulado de procesadores, Intel se vea obligada a reducir su producción de procesadores en un 7,5% durante 2021. Las malas lenguas dicen que, en realidad, Intel va a ver una caída en las ventas de sus procesadores porque Rocket Lake-S no ha cumplido con las expectativas, y que esto podría ser una cortina de humo para esconder esa "verdad".
