Apple y Google hacen negocio en el sector smartphone a través de muchas vías. Una de las más importantes es la comisión del 30% establecida en sus tiendas de aplicaciones, aunque también obtienen beneficios directos e indirectos al preinstalar sus aplicaciones.
Cuando compramos un iPhone, por ejemplo, este viene con un conjunto de aplicaciones de Apple muy concretas, como el navegador Safari, la aplicación de correo electrónico, Mapas y otras. En el caso de Google, los terminales basados en Android que utilizan Google Play Services vienen con aplicaciones preinstaladas como Gmail, Youtube y Maps.
La Unión Europea está trabajando en una ley conocida como Digital Services Act, con la que esperan limitar los datos que los grandes del sector pueden recopilar de sus usuarios, importante de cara a la venta de publicidad personalizada, y también afectará a las aplicaciones preinstaladas.
El texto legal se encuentra de momento en una etapa temprana, así que todavía hay cosas por concretar y podrían producirse cambios importantes, pero la base indica claramente que se establecerán prohibiciones centradas en evitar las aplicaciones preinstaladas, y también en forzar cualquier medida que obligue al usuario a instalar aplicaciones propias.
Con esto se pretende dar más libertad al usuario y frenar ese favoritismo de las empresas hacia sus propias aplicaciones, algo que afecta a la libre competencia y que puede acabar siendo, en algunos casos, perjudicial para el usuario.
Está por ver cómo podría afectar esta ley a las tiendas de aplicaciones de cada compañía, pero puede que se acabe obligando a Apple y a Google a dar cabida a otras alternativas reales a sus propias tiendas de aplicaciones. En Android no sería complicado, pero en iOS podría sacudir por completo los cimientos de Apple.