El debut de las RTX serie 20 generó mucha expectación por la implementación del trazado de rayos, una tecnología que permite crear efectos de luces, sombras y reflejos realistas, pero a costa de un alto consumo de recursos.
La utilización de esta tecnología es viable en cualquier tarjeta gráfica compatible con DirectX 12 (o DirectX 11 a través de la solución de Intel), pero requiere de un modelo muy potente. El impacto que tiene en términos de rendimiento es variable y depende en gran medida de la resolución utilizada, pero puede llegar a superar el 50%.
Con los núcleos RT, un hardware dedicado a la aceleración de trazado de rayos, ha sido posible llevar dicha tecnología a juegos actuales sin que el rendimiento baje a niveles intolerables, pero el resultado sigue sin ser del todo óptimo, una realidad que según las últimas filtraciones cambiará por completo con el lanzamiento de las RTX serie 30 de NVIDIA.
En teoría esa nueva generación de tarjetas gráficas estará basada en la arquitectura Ampere y fabricada en proceso de 7 nm. Su lanzamiento podría producirse en la primera mitad de 2020, aunque siempre cabe la posibilidad de que se produzcan pequeños retrasos.
Las mejoras más importantes que traerá dicha arquitectura se centran en una gran mejora de rendimiento en trazado de rayos y rasterizado, un aumento de las frecuencias de trabajo de la GPU (entre 100 MHz y 200 MHz más comparadas con Turing), un aumento de la memoria gráfica y una mayor eficiencia energética.
Todas estas mejoras podrían tener un impacto mayor de lo que pueda parecer, ya que se comenta que algunas de las mejoras técnicas en trazado de rayos y rasterizado que traerá Ampere ya estarán presentes en PS5 y Xbox Scarlett.