El veto de Estados Unidos a Huawei se vio aliviado por un pequeño aplazamiento de 90 días que permitiría a firmas como Google y otros grandes que mantenían relaciones con el gigante chino terminar, de la mejor manera posible, los negocios que tenían pendientes con ella.
Ese aplazamiento fue visto como un pequeño acercamiento de posturas que facilitase el inicio de nuevas negociaciones que puedan poner fin a esta situación, pero ni Huawei ni China dieron su brazo a torcer. La primera dijo claramente que Estados Unidos la había subestimado, y que pueden salir adelante a pesar de ese veto.
Huawei utiliza sus propios SoCs, así que no depende de Qualcomm, y tiene un sistema operativo en desarrollo para no depender tampoco de Google, pero las presiones sobre la compañía china se están elevando hasta tal punto que la situación se ha vuelto cada vez más complicada.
Según la BBC, ARM ha decidido romper lazos con Huawei, lo que significa que la compañía china se queda sin la licencia que necesita para sus SoCs Kirin. ARM China también ha roto con Huawei, así que ya no podrá seguir desarrollando chips con CPUs basadas en dicha arquitectura.

En teoría esto afectará únicamente a los desarrollos posteriores al Kirin 985, lo que significa que Huawei tiene un cierto margen para empezar a buscar alternativas a ARM. Otras compañías afincadas fuera de Estados Unidos, como Toshiba, han roto también relaciones con Huawei.