
El hotel Henn Na fue famoso en su día por la integración de los robots como sustitutos de las personas de carne y hueso en la atención a los clientes del hotel. El robot recepcionista habla varios idiomas y se encarga del check in con funciones de reconocimiento de cara. Los robots limpian y preparan combinados, y hay un robot activado por la voz que vela por nuestro bienestar mientras dormimos.
Ahora bien, parece que los clientes no están satisfechos con el trato de los robots. Por ejemplo, los robots en las habitaciones tienden a confundir los ronquidos con peticiones, despertando a los clientes con frecuencia para pedirles que repitan la supuesta orden. Los robots encargados de llevar el equipaje tampoco son demasiado prácticos y no pueden llegar a muchas de las habitaciones del hotel y se tropiezan si la superficie no es plana totalmente.
La moraleja de esta noticia es que la IA parece que no está aún en disposición de sustituir a algunos humanos, especialmente en lo que concierne a la atención al cliente. Ya está pasando con los chatbots de algunas compañías que ven cómo los clientes se desesperan tratando de hacerse entender a través de los chatbots. No tanto las palabras concretas, sino los significados de las expresiones. De momento, la mitad de la plantilla robotizada ha sido despedida para contratar a personas.