Apple no es el único gigante tecnológico que pasa por momentos complicados. Samsung ha anunciado que las cifras del cuarto trimestre de 2018 no son demasiado optimistas. El beneficio operativo cayó un 10% frente al trimestre anterior, así como frente al mismo periodo de 2017. Las ventas bajaron un 38% respecto al tercer trimestre de 2018 y un 28% frente al año anterior.
Por el momento Samsung se mantiene líder de ventas de smartphones con una cuota de mercado de más del 20%, pero los fracasos del Galaxy S9 y la fría acogida del Note 9 han pasado factura al fabricante surcoreano. Huawei ha sabido ganarse la confianza de más usuarios en 2018, con 200 millones de terminales vendidos y superando a Apple. Con este panorama, Huawei está enfocada a destronar a Samsung en 2019, y todo apunta a que puede conseguirlo.
Las cifras apuntan a que Samsung ha subido el precio de sus productos tecnológicos, de igual modo que Apple. Los beneficios caen menos que las ventas. Al mismo tiempo, Samsung lleva "repitiendo" terminal desde el Galaxy S7, lo cual también acaba por pasar factura. Una estrategia similar a la de Apple, aunque Samsung arrastra por el camino a los terminales de gamas medias al erosionarse la imagen de marca.

Al final, las empresas tienen que rendir cuentas a su tecnología. No se trata únicamente de un ejercicio de marketing como el de la doble apertura para la cámara, con efectos imperceptibles sobre el resultado final, por ejemplo. Repetir diseños tampoco ayuda. Además, en la parte de semiconductores, donde Samsung sí está haciendo las cosas bien, la caída de la demanda de memoria DRAM está pasando también factura, aunque en este caso no es un problema de Samsung como tal, sino del mercado de semiconductores, que se rige por reglas diferentes a las del mercado de consumo.