A medida que Internet evoluciona, se hace necesario revisar las tecnologías que hacen posibles las conexiones. Los protocolos que se diseñaron en su día para un número de usuarios menor y velocidades de conexión también más modestas, así como para unas amenazas de seguridad menos agresivas que las de ahora, tienen que revisarse para integrar otros nuevos o mejorar los existentes. Ahora llega el tiempo de revisar el protocolo TCP (Transmission Control Protocol). De hecho, la idea es que TCP deje paso a QUIC (Quick UDP Internet Connections).

QUIC ha sido construido sobre UDP (User Datagram Protocol), que es más ligero que TCP, pero tradicionalmente ha carecido de las características de seguridad que precisa Internet hoy en día. UDP no incluye, a cambio, elementos tales como el control de pérdidas de datos enviados desde el origen ni el del control del orden de los datos que se reciben. TCP lo incluye, así como algoritmos para la corrección de errores.
TCP, sin embargo, integra características que ya no se usan en HTTP (HyperText Transfer Protocol). Y es aquí donde entra en juego QUIC, con las funcionalidades de TCP que se precisan hoy en día, junto con mejoras de parámetros como la responsividad o la latencia de las transmisiones. HTTP implementado sobre QUIC (HTTP/3) incluye la gestión de la conexión y la encriptación en un único paso, lo cual requería varios pasos en TCP, reduciendo la latencia a la mitad, y haciéndola cero incluso para conexiones ya establecidas.