El gigante de Redmond ha lanzado una actualización para Windows 7 y Windows 8.1 que resuelve un fallo que provocaba un alto consumo de CPU de manera injustificada. Este tipo de problemas no son raros ni tampoco exclusivos de Microsoft, de hecho se han producido también en algunas aplicaciones e incluso en juegos. Assassin´s Creed: Origins es un ejemplo reciente.
Según la lista que ha publicado Microsoft describiendo las claves de estas actualizaciones el problema ocurría con las generaciones más actuales de procesadores Intel y AMD, y se debía a un error generado por los parches de seguridad contra Spectre en sus dos variantes, la vulnerabilidad más peligrosa de todas las descubiertas actualmente en relación con la ejecución especulativa.
Microsoft ha confirmado que estas actualizaciones también traen mejoras a nivel de seguridad y de estabilidad, así como correcciones menores de errores, así que su instalación es fundamental si queremos mantener el sistema operativo protegido y en buen estado.
El soporte de Windows 7 llegará a su fin en 2020 y Windows 8.1 cerrará ciclo en 2023. Una vez que se termine el soporte ambos sistemas operativos dejarán de recibir actualizaciones de software y de seguridad, así que será necesario actualizar a un sistema operativo más actual.
