Google ha recibido varias llamadas de atención por parte de la Comisión Europea debido a una fuerte actitud monopolística con Android, un sistema operativo que lidera el sector smartphone y que no tiene ningún coste de licencia para los fabricantes.
Para eliminar el coste de licencia Google obligaba a los fabricantes a no recurrir a versiones que puedan considerarse como rivales de Android, y también a preinstalar una serie de aplicaciones propias que le permitían mantener fuera a la competencia.
Como respuesta la Comisión Europea le impuso una multa de más de 4.300 millones de euros que el gigante de Mountain View ha intentado recurrir, pero ya ha confirmado que empezará a tomar medidas para cumplir con las exigencias de la Unión Europea y evitar una nueva sanción mil millonaria.
A partir de febrero de 2019 cobrará una cuota de hasta 35 euros por integrar las aplicaciones Google en dispositivos móviles Android, incluida la tienda Google Play Store. Un fabricante que no acepte ese pago no podrá dar acceso a la tienda de aplicaciones oficial de Android, algo que acabaría en fracaso absoluto.
Lanzar un smartphone Android sin Google Play Store no tiene sentido, así que todos los fabricantes tendrán que aceptar las exigencias de Google, aunque esta medida solo afectará a los terminales que se vendan en Europa. Para evitar el pago de esa cuota la compañía podría ofrecer la opción de preinstalar Chrome y de configurar Google como buscador por defecto.
