Windows 7 es para muchos el mejor sistema operativo que ha lanzado Microsoft hasta el momento. Esto se deja notar en su cuota de mercado y en lo difícil que está haciendo la transición hacia Windows 10, un sistema operativo querido y odiado casi a partes iguales.
Cuando se produjo el lanzamiento de Windows 7 los requisitos mínimos establecían que debíamos contar con un procesador a 1 GHz y 1 GB o 2 GB en función de la versión a utilizar (32 bits o 64 bits), pero en ningún momento se indicaba que dicha CPU debiese contar con soporte de instrucciones SSE2.
El caso es que con las últimas actualizaciones de seguridad Microsoft ha acabado imponiendo "sin querer" la necesidad de contar con un procesador compatible con SSE2. Dado que el gigante de Redmond no ha dado una solución a esta situación y a que ha indicado como única opción la necesidad de actualizar a un procesador compatible podemos decir que se han modificado los requisitos mínimos de Windows 7, y que ahora sí es imprescindible contar con una CPU con dichas instrucciones.
Las instrucciones SSE2 son bastante antiguas ya que se introdujeron con los procesadores Pentium 4 y los Athlon64 así que no debería suponer un problema para la mayoría de los usuarios, pero aquellos que mantengan equipos con procesadores Pentium III, Athlon XP e inferiores no tendrán más remedio que renovar o volver a una versión "antigua" de Windows 7.
