La GTX 780 Ti fue la tarjeta gráfica más potente de NVIDIA de 2013, una solución que fue considerada como un "monstruo" por su enorme número de shaders y su elevada potencia bruta. A pesar de su numeración su arquitectura base es Kepler, la misma que utilizan las GTX 680, aunque se basa en el núcleo gráfico GK110 y no en el GK104.
Esta tarjeta gráfica ha sido superada ya por dos generaciones, la serie GTX 900 y la serie GTX 10, pero sigue ofreciendo un rendimiento excelente en la mayoría de los juegos actuales gracias al mantenimiento de la API DirectX 11 como base para el desarrollo casi todos los juegos triple A que han ido llegando al mercado.
Sus especificaciones también siguen impresionando, ya que suma 2.880 shaders, 240 TMUs, 48 ROPs, un bus de 384 bits y 3 GB de memoria GDDR5.
La GTX 1060 en su versión de 3 GB es una tarjeta gráfica de gama media que cuenta con 1.152 shaders, 72 TMUs, 48 ROPs, bus de 192 bits y 3 GB de GDDR5.
A pesar de las diferencias que tienen a nivel de especificaciones la GTX 1060 de 3 GB supera a la GTX 780 TI en todas las pruebas de la comparativa, lo que demuestra las mejoras a nivel de arquitectura que ha conseguido NVIDIA en unos pocos años.