La actualización iOS 11.3 se ha convertido "a la fuerza" en una de las más importantes y más esperadas de todas las que ha lanzado Apple hasta el momento, y todo se debe al polémico modo de bajo consumo que la firma de Cupertino implementó a través de iOS como solución forzosa para iPhones con baterías desgastadas.
Ese modo de bajo consumo entra en funcionamiento cuando se detecta que el iPhone tiene una batería vieja y desgastada. Reduce la velocidad de trabajo de la CPU a niveles muy bajos para mejorar la autonomía y evitar picos de consumo que apaguen el terminal, pero como contrapartida limita mucho el rendimiento.
Apple reconoció todo esto y generó una gran polémica que le ha costado varias demandas alrededor del mundo, aunque dijo que no tenía pensado dar al cliente la oportunidad de decidir, una postura que al final no han tenido más remedio que cambiar tras ver que estaban en terreno pantanoso.
Con iOS 11.3 Apple introducirá una serie de herramientas que permitirán monitorizar el estado de la batería y ver si está en ejecución ese modo de bajo consumo. En caso de que así sea dará la opción al usuario de desactivarlo con un simple toque, aunque siempre bajo su propia responsabilidad.
Habrá que ver cómo ha introducido Apple este cambio y las consecuencias reales que acaba teniendo la desactivación del modo de bajo consumo en terminales con baterías envejecidas. ¿Será tan grave como intentaba explicar Apple? ¿Habrán forzado algún otro mecanismo para limitar sus terminales? Con la que tienen encima más les vale que no.
