La compañía taiwanesa sigue apostando por la realidad virtual como mercado secundario (su negocio principal en consumo general son los smartphones) que le permite diversificar, algo imprescindible tras ver los malos resultados que HTC viene arrastrando durante los últimos trimestres.
El HTC Vive Focus es el máximo exponente de esa apuesta por la realidad virtual que ha emprendido la compañía asiática, y al mismo tiempo es una renovación que destaca por introducir dos innovaciones muy importantes; la supresión del cableado y un funcionamiento totalmente autónomo.
Con el HTC Vive Focus es posible disfrutar de una experiencia plena ya que integra auriculares y todo el hardware necesario para trabajar sin depender de ningún sistema externo. Para eliminar totalmente los cables incluye una batería dedicada y sistemas de conexión inalámbrica.
En su interior monta un SoC Snapdragon 835 con CPU de ocho núcleos Kryo 280, una GPU Adreno 540, 4 GB de memoria RAM y dos pantallas AMOLED de alta resolución (no se ha concretado).
HTC quiere marcar la diferencia además apostando por el contenido personalizado, adaptado y optimizado para funcionar perfectamente en el nuevo HTC Vive Focus. No han hablado de precios, pero podría ser bastante elevado (unos 300 o 400 dólares).