Amazon ha sido víctima de un fraude que ha tenido un impacto mayor de lo esperado y ha llegado a afectar incluso a algunos de sus clientes.
Un grupo organizado aprovechó la política de devoluciones de 30 días de Amazon para comprar procesadores Ryzen de AMD y tramitar una devolución. Al completarla ellos recibían un reembolso pero se quedaban con los procesadores que habían comprado utilizando una estrategia bastante sencilla.
Los procesadores que devolvían no eran los Ryzen originales, sino que enviaban de vuelta procesadores Celeron de Intel con todos los distintivos pintados en la parte superior del IHS para que los empleados de Amazon que controlaban la devolución no sospechasen nada.
Esos procesadores al ser tramitados bajo una devolución que no implicaba que estuvieran defectuosos se volvían a poner a la venta y es ahí donde se ha producido el problema para los consumidores, que se han encontrado con que en lugar de recibir un Ryzen 7 de ocho núcleos tienen entre sus manos un Celeron.

Los empleados de Amazon podrían haber identificado que las devoluciones eran falsas sólo con mirar los conectores del procesador, ya que los Ryzen utilizan pines (PGA) y los Celeron pequeños bloques de contacto (LGA).
Amazon ha reconocido el problema y ha actuado a la perfección, disculpándose por los problemas ocasionados e incluso ofreciendo algunos cheques regalo a los usuarios afectados.