No es una noticia que nos coja por sorpresa, de hecho Microsoft en un inicio pensaba también limitar el soporte a procesadores Skylake en Windows 7 pero al final decidió dar marcha atrás cuando vio la cantidad de críticas que le empezaron a caer encima.
Se sabía que la compañía de Redmond tenía pensado bloquear las actualizaciones en Windows 7 y Windows 8.1 para todos los que utilizaran procesadores Kaby Lake o Ryzen, pero todavía no se había impuesto de manera oficial.
Con la llegada del parche de seguridad del pasado martes Microsoft no sólo ha confirmado sino que además ha empezado a ejecutar la regla de que si tienes un procesador Kaby Lake o Ryzen instalado en un PC con Windows 7 o Windows 8.1 no podrás seguir instalando actualizaciones.
Ni siquiera será posible instalar actualizaciones de seguridad, por lo que tu sistema operativo quedará desprotegido a pesar de que ambos todavía no han terminado su ciclo de soporte, de hecho Windows 8.1 es un sistema operativo "nuevo" que todavía no ha terminado ni siquiera su periodo de soporte técnico normal (9 de enero de 2018), y que no acabará su soporte extendido hasta el 10 de enero de 2023.
Muchos dicen que Microsoft ha querido aprovechar esta ocasión para forzar el salto a Windows 10, un sistema operativo polémico que ha llegado a ser calificado como una plataforma de publicidad y que a pesar de que ha tenido éxito no se ha ganado de verdad el aprecio de la mayoría de la base de usuarios de Windows.
