La ciudad alemana de Múnich fue todo un ejemplo de apuesta por el software libre tras su salto a Linux con una distribución propia, conocida como LiMux, que ha sido utilizada en toda su administración y por diferentes grupos y cuerpos de funcionarios.
Sin embargo durante los últimos meses no han dejado de surgir noticias que apuntaban a un posible cambio que supondría la vuelta al sistema operativo Windows de Microsoft, y también a todo su ecosistema de soluciones, incluida la suite Office.
Las últimas informaciones mantienen esa línea de cambio pero de una manera menos radical, ya que según fuentes oficiales la idea es que el personal pueda elegir si quiere utilizar Windows o LiMux, al menos durante una primera etapa de transición.
La situación no ha sentado nada bien a algunos, que han llegado a acusar al alcalde y a la nueva administración que manda en el Consistorio de Múnich de ser "amigos" de Microsoft.
En principio dicen que van a ahorrar volviendo a Windows 10, pero todavía no han hablando de los costes reales que implicará esa nueva transición.
