Munich fue una administración pionera en el salto a Linux, un movimiento que parece no haber tenido el efecto deseado, ya que habría reducido el rendimiento de los trabajadores y plantea, a su vez, problemas de soporte y compatibilidad.
Las críticas viene del nuevo gobierno de la ciudad de Munich, que asegura que los ciudadanos tienen la imagen de que el salto a Linux ha salido muy caro, ya que necesita un mayor soporte y personalización, lo que implica la contratación de programadores.
Es muy posible que detrás de todo esto haya intereses económicos, o que simplemente la administración de Munich no haya sido capaz de asimilar bien el cambio, pero ya se ha creado incluso una comisión de expertos que valorará si se vuelve o no a Windows.

Actualización: 9:08:La noticia está sacada de medios alemanes en los que aseguran que, según el alcalde, sus trabajadores tienen algunos problemas con Linux y van a evaluar la situación. Ni confirman ni desmienten el hecho de que vayan a volver a Windows, tal como dice la noticia aquí redactada.