Las nuevas tecnologías tienen a menudo un gran impacto en el medio ambiente y los teléfonos inteligentes no son una excepción a la regla general.
Eso es lo que podemos leer en un informe de Juniper Research, donde se dice que los dispositivos móviles generarán 6,4 megatones de dióxido de carbono en 2014 y se espera que aumente hasta los 13 megatones en 2019.
Unas cantidades bastante preocupantes que son el resultado del conjunto de actividad que supone el sector smartphone, desde que se producen hasta que mueren, incluyendo el uso de los mismos.
Ante lo alarmante de estas cifras, los responsables del estudio dijeron que un programa de reciclaje de teléfonos inteligentes podría ayudar a reducir las emisiones de dióxido de carbono.
