El fanatismo tecnológico hace que incluso los rumores de un lanzamiento cambien el comportamiento de sus clientes.
Es el caso de Rob Shoesmith, un británico que, ante las informaciones sin confirmar de que el iPhone 5 puede presentarse entre septiembre y octubre, ha decidido acampar durante más de un mes en una Apple Store.
Para vivir, tira de limosnas de los paseantes e incluso espera patrocinadores, que le han permitido conseguir cargadores solares, productos de limpieza e incluso gnomos de jardín, aunque no sabemos para qué le servirán.
Tampoco su trabajo parece correr peligro, ya que con varias redes Wi-Fi cercanas puede continuar en sus tareas de corredor de bolsa.