El lanzamiento de una nueva consola supone, por regla general desde hace unos años, pérdidas por cada venta. Ésta viene siendo la tónica habitual, ya le ocurrió a Microsoft con la Xbox 360, y posiblemente todavía a Sony con su PS3. Es un sacrificio que hacen las compañías para poder lanzar su nuevo modelo a un precio competitivo, recuperando esas pérdidas y obteniendo ganancias más por las licencias de software que por consolas vendidas, especialmente durante los primeros años.
No obstante, la Wii ha sido algo totalmente diferente, puesto que ha sido rentable para Nintendo desde el primer momento. Según informa el Financial Times, los costes de producción de Wii se han reducido un 45% desde su lanzamiento en noviembre de 2006.

Este hecho, unido a que el precio de Wii ha permanecido sin cambios desde su lanzamiento, podría haber duplicado los beneficios de Nintendo, dándole además la ventaja de poder recortar los precios con mayor libertad para estimular la demanda.
Con todo, y viendo que sigue siendo la consola más vendida a nivel mundial, Nintendo no tiene de momento muchas razones para rebajar el precio de su consola.