El SoC Apple M2 se ha convertido en el sucesor del M1, un chip que llegó en 2020 y que debutó primero en los MacBook Air. La compañía de la manzana logró disipar todas las dudas que había generado desde que anunció su transición a la arquitectura ARM y a sus chips propios, porque el Apple M1 demostró que era capaz de ofrecer un buen rendimiento y unos valores térmicos excelentes.
Con el lanzamiento del SoC M2, Apple ha mantenido el mismo enfoque que con el modelo de primera generación, de hecho los dos tienen una CPU de 8 núcleos, y su configuración de GPU es similar, ya que solo se han incrementado en dos el número de núcleos gráficos, que pasan de 8 a 10. Las primeras pruebas de rendimiento mostraron que el M2 es más potente que el M1, pero que la diferencia no era demasiado grande. Macworld ha querido ir más allá y ha compartido una comparativa de rendimiento que pone a prueba una gran cantidad de chips de Apple.
El modelo menos potente es el más antiguo, el A13 Bionic que Apple utilizó en el iPhone 11. Por encima de él queda la versión de dicho chip para el iPad, y a partir de ahí van escalando los A14 y A15 Bionic, que al ser más nuevos son también más potentes. El Apple M1 del iPad Pro queda un poco por debajo del modelo con 7 núcleos gráficos. Un poco por encima queda el M1 completo, que obtiene 7.708 puntos en Geekbench 5 (multinúcleo) y 21.774 en computación.
El SoC M2 consigue 8.908 puntos en multinúcleo, lo que confirma una pequeña ganancia de rendimiento en CPU, y 27.284 en computación, lo que supone una diferencia mayor frente al M1. La diferencia de rendimiento media entre el M1 y el M2 es pequeña, tanto que creo que no justifica la compra de un nuevo equipo. Los que tengan un dispositivo equipado con el SoC M1 de Apple podrán utilizarlo durante unos cuantos años más.

