Debido a los problemas que atraviesa el mercado de las tarjetas gráficas de consumo general, muchos ensambladores se están atreviendo a realizar movimientos y estrategias que, en condiciones normales, serían totalmente ridículos.
El regreso de tarjetas gráficas de gama baja, que prácticamente no tienen valor porque no cuentan con potencia suficiente para mover juegos actuales, ha sido algo bastante frecuente durante los últimos meses, y ese enfoque se ha repetido con la Radeon RX 550, una tarjeta gráfica de gama baja que utiliza una GPU Lexa, y que tiene 512 shaders, 32 TMUs, 16 ROPs, bus de 64 bits y 4 GB de memoria GDDR5 a 7 GHz.
Su diseño de perfil bajo hace que ocupe poco espacio, pero es una tarjeta gráfica de abril de 2017. Ya en aquel momento era gama baja, así que ahora, casi cinco años después de su lanzamiento, ha quedado superada por muchos modelos, y su valor se ha visto seriamente mermado.
A pesar de ese tiempo que tiene a sus espaldas, y de que utiliza una arquitectura "vieja", la Radeon RX 550 se está vendiendo en Japón con un precio al cambio de 137 euros. En España también está teniendo una nueva vida, pero el precio es todavía mayor. En PcComponentes se puede comprar el modelo de PowerColor, también con un diseño de perfil bajo, por 189 euros.
Si quieres una tarjeta gráfica para jugar y has pensado en comprar la RX 550 por desesperación ante la situación que vive el mercado actual, es mejor que no lo hagas. Sigue ahorrando y espera, porque el rendimiento que ofrece esa RX 550 no es bueno, y tendrás problemas de fluidez en muchos juegos incluso aunque reduzcas la calidad gráfica.
