La capacidad de almacenamiento de las consolas de nueva generación fue objeto de cierta controversia. Xbox Series X viene con un SSD de 1 TB, y PS5 con uno de 825 GB, pero al final la capacidad que queda libre para el usuario es mucho menor, porque tanto el sistema operativo como sus aplicaciones básicas consumen espacio en la unidad.
En el caso de PS5, la consola solo tiene libres unos 660 GB para la instalación de juegos, lo que limita al final la experiencia del usuario, que solo podrá mantener instalados unos pocos juegos si no quiere quedarse sin espacio. Gran Turismo 7 es un indicativo claro de esa realidad, y de este problema, ya que según una nueva información necesitará de 102,5 GB de espacio libre en la consola.
Los juegos estrella de PS5 tienden a ocupar mucho espacio. Por ejemplo, Spider-Man Miles Morales necesita 105 GB de espacio libre, y Demon´s Souls requiere 66 GB. Si empezamos a sumar, queda claro que podemos agotar el SSD de PS5 instalando solo 6 o 7 juegos.
Eliminar, y reinstalar, juegos en un SSD no es problemático porque el proceso es mucho más rápido que con un HDD, pero la cuestión está en que esto acelera el desgaste de la unidad porque representa ciclos de escritura. Un usuario que elimine e instale juegos con frecuencia, y siendo estos tan pesados, podría encontrarse con un agotamiento temprano de la vida útil del SSD de su consola.
Instalar un SSD secundario es una solución, pero supone una inversión importante si queremos tener capacidad suficiente para no tener que estar borrando y reinstalando juegos. Para eso, es necesario comprar una unidad que tenga, al menos, 1 TB de capacidad, aunque lo ideal serían 2 TB.