Intel venía ofreciendo un seguro frente a daños por overclock en sus procesadores, tanto de consumo general como en su serie HEDT. Dicho seguro permitía al usuario hacer overclock con total tranquilidad a su nuevo procesador, aunque tenía un alcance limitado.
La cobertura del seguro se limitaba a una única sustitución en caso de que la CPU sufriese daños al hacerle overclock, una medida con la que Intel quería evitar que los usuarios abusaran de este tipo de seguro haciendo overclock descontrolado a sus procesadores. El coste variaba en función del procesador utilizado, ya que en el caso de un Core i9 10900K o inferior, era de 19,99 dólares, y en el caso de modelos como el Core i9 10900X o superiores, era de 29,99 dólares.
Los seguros frente a daños por overclock ofrecidos por Intel debutaron con la llegada de los procesadores Sandy Bridge, en 2012, lo que quiere decir que se han mantenido durante muchos años, pero según Intel ha dejado de tener sentido porque los usuarios ya no demandan este tipo de seguro con la misma intensidad que antes, y por ello han decidido dejar de ofrecerlo desde ese mismo 1 de marzo.
Aquellos que utilizaron este servicio se han quejado de que las unidades de sustitución que recibían eran, en la mayoría de los casos, productos reacondicionados que mostraban claro signos de uso, aunque eso sí, totalmente funcionales. Utilizar un procesador fuera de sus especificaciones, es decir, hacerle overclock, anula la garantía, eso no cambia, así que cuidado.
