Algunos inversores, y ciertos expertos, todavía creen que Intel podrá resolver sus problemas actuales en un periodo máximo de entre uno y dos años, pero la verdad es que eso no será posible, y que la compañía de Santa Clara necesitará, en realidad, de un mínimo de cuatro años para alcanzar a TSMC, según las últimas informaciones.
La fuente de la noticia ha compartido un análisis interesante en el que ponen como ejemplo a AMD y el largo camino que la compañía de Sunnyvale ha tenido que recorrer, desde que lanzaron Bulldozer, hasta que lograron volver a competir de verdad con Intel, y sí, hay un margen de varios años entre un momento y otro.
Para entender la situación de Intel, hay que centrarse en algo más que el salto a una arquitectura más avanzada. El proceso de fabricación ha sido lo que ha llevado de cabeza a la compañía, y lo que ha provocado su estancamiento. Dicho estancamiento fue clave para terminar de animar a Apple a seguir su camino sin Intel, quien todavía no ha logrado completar la transición a los 10 nm.
TSMC ya se encuentra trabajando con el proceso de 5 nm, y para 2022 empezará a suministrar chips en proceso de 3 nm, fecha en la que Intel habrá iniciado, si no se produce un nuevo retraso, la fabricación en proceso de 7 nm. Será en 2023 cuando Intel ya utilice a gran escala los 7 nm, y para entonces TSMC ya habrá iniciado la producción en fase de riesgo utilizando el proceso de 2 nm.
En el cuadro adjunto se puede ver la hoja de ruta de ambas compañías para los próximos años, y está claro que TSMC lleva ventaja.
