El DualSense, el mando de control de PS5, está dando problemas. El más sonado, tanto que le ha costado a Sony una demanda colectiva, fue el de "drifting", que afectaba a los sticks analógicos y generaba un fallo que hacía que se generase un falso "input" (información de entrada), lo que acababa produciendo movimientos fantasma en el juego.
Los usuarios afectados informaban de que, dependiendo del juego y del stick analógico afectado, el personaje se movía solo, o la cámara se desplazaba sin control aunque no tocaran el mando. Este problema no es algo nuevo, y tampoco es exclusivo de Sony, pero en el caso del DualSense ha llegado a un punto tan grave que nadie podía entender qué estaba ocurriendo realmente.
Se llegó a comentar que Sony podría solucionarlo con una actualización de software, pero los chicos de iFixit han confirmado que no será posible, ya que este problema se debe a múltiples deficiencias a nivel de hardware presentes en el DualSense.
Según iFixit, la principal fuente de este problema son los potenciómetros gastados, de los cuales hay dos por joystick. Con el tiempo, el desgaste conduce a que estas piezas lean incorrectamente el voltaje, lo que se traduce en movimientos inexactos en la pantalla, es decir, a ese movimiento fantasma.
A esto hay que unir que el resorte situado dentro del stick se irá desgastando, lo que puede acabar produciendo otros problemas importantes, como por ejemplo la formación de una nueva posición de retorno neutral, lo que hará que cuando soltemos el stick, éste regrese a una posición neutra anómala.
Los sticks están hechos de plástico, y pueden desgastarse con relativa facilidad, lo que complicará la precisión de los movimientos y afectará a la experiencia de juego. El mando también es propenso a la entrada de polvo y suciedad, lo que puede afectar a los potenciómetros. En resumen, mal trabajo por parte de Sony, y la única solución sencilla sería ofrecer cambios gratuitos de los mandos afectados.
